“Mi hijo llora para hacer los deberes”, “Se distrae constantemente y no termina nunca”, “No sé qué hacer para que me haga caso y haga los deberes”, “No vuelvo a ayudarle más, aunque suspenda”… Estas y otras frases parecidas suelen ser típicas en padres tras un día difícil intentando ayudar a sus hijos con los deberes. La frustración de no conseguir que haga los deberes o de no poder ayudarle, les lleva a un elevado agotamiento que influye en la relación con el niño. ¿Qué podemos hacer para que esta situación cambie y no se convierta en una pelea diaria? ¿Cómo podemos ayudar a los niños a hacer los deberes?
Por qué los deberes se convierten en un problema
Para poder ayudar a los niños con los deberes, primero tenemos que saber por qué los deberes se han convertido en un problema, ¿Desde cuándo el niño y tú tenéis problemas a la hora de hacer los deberes? ¿Qué consigue el niño comportándose de forma inadecuada?
Las causas más comunes suelen ser:
-
No tiene hábito de estudio
Hay niños que no han aprendido a trabajar solos y que siempre necesitan la ayuda del adulto, o que no tienen una rutina a la hora de estudiar (por ejemplo: no empiezan a una determinada hora, no utilizan un lugar de estudio adecuado, no apuntan los deberes en la agenda, etc.).
-
Cansancio o agotamiento
Cuando no descansan bien o tienen excesivas actividades que les causan agotamiento, les resulta más complicado concentrarse y entender lo que están estudiando.
-
Falta de conocimientos
Puede ocurrir que el niño no entienda bien la tarea o no comprenda el temario que están dando en clase. Es importante valorar si existe alguna dificultad de aprendizaje que pueda ser la causa de su problema con los deberes. Los profesores y orientadores suelen ser los primeros en detectar cuándo el niño pueda necesitar ayuda de un profesional.
-
Desmotivación
Es posible que esté desanimado o poco motivado para estudiar y hacer las tareas escolares. En muchas ocasiones, esto se debe a que no sabe bien lo que tiene que hacer exactamente o porque le resulta aburrido lo que está aprendiendo.
-
Consigue librarse de hacer los deberes
Cuando el niño demanda excesivamente la ayuda de un adulto para hacer los deberes hay veces que consiguen que les resuelvan las tareas sin necesidad de esforzarse. También puede haber aprendido que, cuando se queja continuamente o se distrae, llega el final de la tarde y va a clase sin los deberes hechos por falta de tiempo para acabarlos sin tener ninguna consecuencia por ello. De esta forma, el niño no asume la responsabilidad en la tarea escolar y aprende a evitar hacer su trabajo mediante quejas, llantos y desobediencia.
-
Recibe atención mientras se comporta de forma inadecuada
Hay veces que los niños llaman continuamente a los padres, van varias veces al baño, se distraen constantemente… y con ello consiguen que sus padres estén pendientes de ellos. Uno de los errores más frecuentes de los padres es prestar atención ante los comportamientos inadecuados del niño y ceder a sus demandas. Debemos recordar que: ¡Nuestra atención es uno de los mejores premios para el niño! (aunque esta se dé en forma de regañina).
Cómo hacer que los niños hagan los deberes
Aquí te dejamos unos consejos prácticos para que los deberes no se conviertan en una pesadilla:
-
Encuentra un buen lugar
Hay que encontrar un lugar adecuado para que el niño estudie, donde pueda tener su material ordenado y accesible. La temperatura y la luz deben ser adecuadas, sin llegar a ser tan cómodas como para que ¡el niño se duerma! El lugar no debe tener distractores (televisión, Tablet, un hermano que no para de molestarle, etc.).
-
Adelántate
Antes de ponerse a estudiar es importante adelantarse a todo lo que pueda necesitar para ello. Que no empiece a hacer los deberes con el estómago vacío para evitar que se levante porque tiene hambre, que vaya al baño antes de empezar (a veces lo utilizan como excusa para no empezar a estudiar), etc. Anticípate a sus distractores para evitarlos antes de que empiece a estudiar.
-
Muestra comprensión
No es lo mismo no querer hacer los deberes que no ser capaz. Tenemos que hacer un esfuerzo por entender por qué no quiere hacer los deberes. Hay que preguntarle directamente para que nos dé respuestas y podamos ayudarle. Quizás necesite ayuda extra en alguna asignatura o la intervención de un profesional si hay una dificultad de aprendizaje.
-
Ayúdale a planificar
Establecer juntos un horario de comienzo y fin del estudio, aunque éste pueda ser flexible en función de la dificultad de la tarea. La atención requiere un tiempo para alcanzar su máximo rendimiento y, después comienza a disminuir. Por ello, hay que empezar por las asignaturas de dificultad media, continuar por las asignaturas más difíciles y acabar con las más fáciles. De esta manera, es más probable que acaben los deberes, ¡Es una gran satisfacción ver que te queda lo que menos trabajo requiere para acabarlo todo!
-
Permite los descansos
Para los más pequeños (de 6 a 8 años), es importante hacer un descanso cada 30 minutos de trabajo para evitar la fatiga. Este tiempo va aumentando según van teniendo más edad. Los descansos deben ser de unos 10 minutos y, en ellos, el niño puede aprovechar para ir al baño, comer o hacer otra cosa que no requiera concentración.
-
Fomenta su autonomía
A partir de los 8 años, los niños suelen ser capaces de hacer los deberes solos, aunque necesiten la ayuda puntual de un adulto. Cuando no han adquirido esta autonomía, debemos ayudarles a que vayan siendo cada vez más responsables con sus deberes de una manera progresiva.
-
Utiliza el refuerzo positivo
Hay que premiar los avances y reforzarle cuando es capaz de hacer las cosas solo. Los premios no tienen por qué ser materiales. Basta con que reconozcamos y le digamos que ¡estamos muy contentos con su trabajo!. Aunque pensemos que deben hacerlo “porque es su obligación”, sin necesidad de premiarle, debemos recordar que a todos nos gusta que nos feliciten cuando hacemos las cosas bien. Además, esto ayuda a potenciar su autoestima.
-
Ten un nivel de exigencia realista
No hay que presionar al niño por las notas o porque no sepa hacer un ejercicio. Con nervios o ansiedad se trabaja mucho peor. Debemos tener unas metas realistas acordes con su edad y su capacidad.
-
Comunícate con los profesores
Los profesores son los primeros en darse cuenta de cuándo hay un problema. Por ello, tener una buena comunicación familia-escuela es importante para poder ayudar al niño. Ellos son quienes nos informan de cómo se comporta en clase y nos dan información sobre si ven avances en el colegio. También puede haber factores en el contexto escolar que influyan en su problema con los deberes en casa (por ejemplo: mala relación con los compañeros, timidez que hace que el niño no pregunte las dudas, etc.).
-
Deja un espacio para el ocio y la diversión
Tras el esfuerzo y trabajo realizado … ¡nos podemos permitir un tiempo de ocio y diversión!. Hay que dejar espacio y no sobrecargar con las tareas escolares. Los niños necesitan jugar y divertirse para que la tarea escolar no se convierta en algo negativo para ellos.
Pero …. ¿Y si todo esto falla? ¿Y si por más que le digo que se ponga a estudiar no me hace caso?
En ese caso, tendremos que darles de forma concreta la norma de que vayan a hacer los deberes, establecer tiempos limitados y aplicar las consecuencias pactadas previamente (explicarle el premio que tendrá si obedece). Hay que dejarle un tiempo para que se ponga a hacer la tarea en el que no debemos ceder ante sus quejas. Si, a pesar de ello, continúa sin hacer caso, no nos pondremos con él a hacer la tarea, aunque esto suponga que vaya al colegio sin haberla hecho (por supuesto, no daremos el refuerzo hasta que cumpla con lo establecido).
¡Esperamos que os sirva de ayuda!
Si nada de lo que habéis intentado resulta, no desistáis, los cambios se consiguen con la constancia. Quizás necesitéis pautas más personalizadas y en Ideum Psicología podemos ayudaros a ello. ¡Contacto!