El estudio en los adolescentes: pautas, técnicas y dificultades

Comienza la Semana Santa y, con ello, unos días para descansar para los niños y los chavales. Todo ello, tras las notas del trimestre con las que más de una familia se lleva un disgusto. Esto nos hace plantearnos en muchas ocasiones si nuestro hijo adolescente necesita ayuda con el estudio, si existen unas pautas o técnicas que le puedan ayudar a aprobar las asignaturas antes de que finalice el curso. Sin embargo, lo primero que tenemos que pensar es qué tipo de dificultad es la que podría tener nuestro hijo y, con ello, determinar el tipo de ayuda que necesita.

Depresion-Ideum-Psicologia

Para muchos padres y para muchos adolescentes, el momento de estudiar se convierte en un momento de pelea. Son situaciones habituales que, en vez de motivar a los chavales a estudiar, les hacen “odiar” esos momentos y, en consecuencia, cada vez les gusta menos estudiar. En otros casos, el adolescente estudia durante mucho tiempo pero los resultados no van acordes al tiempo dedicado. Los padres y los chavales se frustran, temiendo los momentos de los exámenes e, incluso, llegando a desmotivarse y dejando de estudiar.

¿Podemos hacer algo como padres para echarles una mano?

El entorno siempre es importarte. Ya sea por desmotivación y/o dificultad podemos ayudar a nuestros hijos a mejorar.

Pautas para mejorar el tiempo de estudio

Reforzar los esfuerzos

Cuando decimos reforzar, nos referimos a premiar. Es muy común, premiar al chico o la chica por los resultados de los exámenes o del boletín de notas. No tenemos que dejar de lado, que para conseguir resultados ha tenido que haber esfuerzos: horas de estudio, de deberes, de trabajos… Si queremos que nuestro hijo se ponga a estudiar, una de las soluciones es premiarle por ello. Los premios deben ir acorde a la edad y la preferencia de cada uno: elegir la cena, tiempo con su hobbie favorito, tiempo con el móvil o Tablet o, incluso, la  clave del wifi.

Un frente unido

Los pasos a seguir durante las horas de estudio y deberes deben ser consensuados y pactados por los dos padres. Si el chico no quiere estudiar, va a usar todo lo que esté en su mano para no hacerlo. Si existen incongruencias entre los padres puede aprovecharse de ello para no estudiar.

La constancia

Los niños repiten las pautas que ven. Si queremos que ellos sean constantes con su trabajo, también tenemos que serlo nosotros con ellos y su trabajo. Si proponemos premios ante su esfuerzo tenemos que cumplirlos.

Las dificultades de aprendizaje

Si nuestro hijo estudia pero aun así no consigue buenos resultados tenemos que plantearnos la posibilidad de que exista un problema de aprendizaje. Si sospechas que es el caso, lo mejor sería acudir a un profesional y que evalúe dicha dificultad. Las evaluaciones van orientadas a poner solución más que a poner nombre a aquello que le ocurra al niño o al adolescente.

Si quieres saber más sobre evaluaciones psicopedagógicas puedes hacerlo en nuestra web.

Las técnicas de estudio

Las técnicas de estudio podrían ayudarle a mejorar su aprendizaje y que sus momentos de estudio sean más provechosos. Como padres, podemos ayudarles enseñándoles a organizarse y planificar su estudio. También podemos ayudarles en la elaboración de esquemas y resúmenes, para que después sean ellos quienes terminen haciéndolos en solitario.

¿En qué consisten realmente las técnicas de estudio?

Las técnicas de estudio son estrategias de aprendizaje. Con ellas, se trata de enseñar al niño o al adolescente cómo enfocar su estudio diario. A continuación, definimos brevemente en qué consisten los contenidos de las técnicas de estudio.[spacer height=»20px»]

técnicas de estudio[spacer height=»20px»]

[spacer height=»20px»]El lugar de estudio

Aunque parece algo poco relevante, el lugar donde suele estudiar el chico puede determinar que tenga mayor concentración o no. El lugar de estudio debe ser luminoso y tener una temperatura óptima, de tal manera que se esté cómodo en él. Sin embargo, no debe ser tan cómodo o tener una temperatura tan elevada que nos lleve a dormirnos. Debe tener espacio suficiente para organizar todo el material necesario y estar alejado de distracciones.

La planificación y organización

Uno de los aspectos más relevantes a la hora de estudiar es la planificación. En primer lugar, habría que saber organizar el material de estudio y los temarios de cada asignatura. Tras esto, el estudiante debería pararse a pensar qué es lo que quiere conseguir en un medio-largo plazo de cara al estudio (qué notas quiere sacar en cada asignatura, cuál debe trabajar más porque es más complicada o porque es más importante para él o ella, etc.). Habría que anotar las fechas de los exámenes y los trabajos en cuanto tengamos conocimiento de ellas. Y no sólo eso, sino la fecha en la que se pretende empezar a repasar o a hacer el trabajo. Por último, la planificación consiste en elaborar una previsión más detallada de lo que se pretende trabajar cada día y valorar si se va cumpliendo (¡y reforzarse por ello!).

El subrayado

Después de leer el tema detenidamente, el primer paso para estudiarlo es subrayar. El subrayado consiste en resaltar aquello que se considera más relevante. Nos encontramos con que, muchos chicos y chicas, subrayan casi todo el texto. Sin embargo, de nada sirve verlo todo de colorines o con una línea debajo, si no se resalta lo estrictamente importante. Hay que saber que el subrayado es una técnica que nos va a permitir el repaso del tema, al ver de un vistazo las palabras-clave del mismo. Pero no únicamente vamos a estudiar lo que está subrayado, sino que habrá que hacer otras técnicas (esquema, resumen, etc.) antes de repasar. De hecho, siempre podremos acudir al libro cuando haya algo que se nos haya olvidado.

Los esquemas

El esquema sería el siguiente paso al subrayado. Se debe subrayar antes de pararnos a hacer un esquema. Los hay de distintos tipos y formatos. Lo importante en este caso es que, cuanto más personal es el esquema, más útil será. Para ello, hay que detenerse a ver qué palabras-clave se han subrayado y cómo se pueden organizar estas ideas jerárquicamente. También se pueden hacer cuadros donde se englobe lo más importante. O mapas mentales, con dibujos y pocas palabras, que permiten dar rienda suelta a la imaginación y estudiar de manera más visual.

El resumen

Aunque suele hacerse después de haber subrayado, lo ideal es hacer el resumen a partir del esquema. El esquema nos dará las pistas sobre qué es lo que tenemos que desarrollar en un resumen. Debe ser breve (no más de 1/3 del texto original). Es lo que se estudiará y repasará en profundidad. Aunque, no por ello, se debe dejar el libro de lado. Además, el mero hecho de haber hecho antes un esquema y el resumen posterior, ya ayuda a ir repasando y memorizando el tema.

La memorización

No existe una forma ideal de memorizar las cosas. Cada persona repasa y memoriza de una forma individual. Hay quienes son más visuales y otros que son más auditivos y prefieren escuchar el tema para estudiarlo. Lo que sí es importante, es relacionar lo aprendido con aprendizajes previos. De esta manera, se logrará que la huella de memoria sea más duradera en el tiempo. Existen una serie de técnicas muy útiles para aquellos datos que son más complicados de memorizar, las mnemotecnias. Muchos chicos usan mnemotécnicas sin saberlo (por ejemplo: formar una frase con las iniciales). Pero hay otras que quizás no conozcan y puedan servirles.

La preparación de los exámenes

A la hora de preparar los exámenes es importante haber seguido los pasos anteriores. No es algo nuevo el hecho de que “empollar” el día antes del examen no es lo más idóneo. Aunque parezca lo contrario, cuando se estudian horas y horas el día antes del examen, en realidad el esfuerzo es mayor. Si se planifican los repasos con suficiente antelación, normalmente las horas invertidas son menores. Además, cuando se repasa con tiempo, se va al examen con menos nervios y tensión. También es importante conocer cómo va a ser el examen (tipo test, oral, a desarrollar, de preguntas breves, etc.), para prepararlo.

El último paso: el examen

A la hora de hacer el examen nos podemos encontrar con que nos quedamos “en blanco”. Es una respuesta de la ansiedad que nos produce la prueba. Algo que nos puede ayudar es desdramatizar la situación, verlo como una prueba más que se puede recuperar en algún momento. Realmente una mala nota en un examen no suele tener consecuencias tan drásticas como las que suelen anticipar los chicos. Otras cosas que pueden servir es relajarse con alguna actividad que sirva de distracción.[spacer height=»20px»]

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