Todos, en una medida u otra, sufrimos etapas en las que nuestro estado de ánimo baja. Son etapas normales en la vida de todo ser humano. Pero, ¿cómo saber cuándo es depresión y cuándo estamos en una de esas etapas? Vamos a explicar qué es, cuándo la depresión se convierte en un problema y qué podemos hacer para mejorar nuestro estado de ánimo.[spacer height=»20px»]
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¿Qué es la depresión y cuáles son sus síntomas?
Muchas veces usamos la palabra “depresión” para describir días en los que estamos más tristes de lo normal. La depresión es algo más que sentirnos tristes durante una temporada. Sentir tristeza, desánimo y desesperación son emociones naturales del ser humano. Sentirlas no implica necesariamente que sufrimos una depresión.
Vamos a definir la depresión como un trastorno del estado de ánimo. Va a producir cambios en tres niveles: cognitivo, emocional y conductual. Es decir, va a producir cambios en nuestra manera de pensar, en nuestra manera de sentir y en nuestra manera de comportarnos. Pueden ser transitorios, muy normales en todas las personas, o pueden convertirse en un trastorno clínico con unos síntomas muy marcados.[spacer height=»20px»]
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Para saber si una persona sufre o no depresión debemos atender a dos características:
- Estos síntomas deben estar presenten de forma (casi) continua durante un período superior a dos semanas.
- Deben causar un malestar importante en una o varias áreas de la vida diaria (laboral, escolar, familiar…).
¿Por qué unas personas sí y otras no?
Todas las personas podemos padecer depresión aunque hay factores que van a hacer que sea más probable padecerla.[spacer height=»20px»]
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Es muy normal buscar explicaciones y causas de por qué nos sentimos mal. El buscar el origen es un proceso normal y natural. De manera general, la depresión está causada por un conjunto de factores y no solo uno.
Existen factores genéticos, existiendo una predisposición que aumenta la probabilidad de sufrir depresión. También existen los factores biológicos, donde el problema está relacionado con cambios orgánicos como, por ejemplo, las mujeres después de dar a luz (depresión posparto). Y por último, podemos hablar de factores sociales, donde los desencadenantes son situaciones estresantes que ocurren en la vida.
¿Estoy deprimido?
La depresión suele desarrollarse poco a poco, por lo que en ocasiones no nos damos cuenta de lo deprimidos que estamos. Identificar las señales nos facilita poder buscar ayuda cuanto antes y que no se compliquen más.
Algunas de las señales más frecuentes son los cambios de ánimo (llanto sin razón aparente), perder el interés en actividades que antes nos gustaban, problemas de insomnio, cambios en el apetito, ansiedad y cansancio.
Cada persona es distinta por lo que esas señales pueden variar de una persona a otra. Lo más importante para saber si estás deprimido es valorar si ha habido cambios en ti mismo. Por ejemplo, si antes estabas más activo, te apetecía más salir y te divertías más, si no llorabas con tanta frecuencia, etc. Se trata de que te valores a ti mismo y eches la vista atrás para comparar tu estado emocional y tu conducta previa con lo que te pasa ahora.
¿Por qué buscar ayuda?
La depresión se puede tratar. En terapia, podemos intervenir para que tu estado de ánimo mejore. El objetivo va a ser encontramos lo mejor posible, reducir los síntomas depresivos al mínimo o, incluso, eliminarlos.
Te preguntaras cómo podemos ayudarte en terapia a que eso ocurra. Sin embargo, es complicado indicar una forma de intervención como si de una receta se tratase. Cada persona es distinta y, por ello, los síntomas son distintos en cada uno así como el porqué de esos síntomas. Lo primero que hacemos en terapia es elaborar un modelo de cada persona. En ese modelo, explicamos el motivo de que se mantengan sus problemas en el momento actual.
Tras conocer porqué se mantienen los síntomas que padece la persona, solemos llegar a un acuerdo de cómo va a ser la terapia. Marcamos unos objetivos para ir valorando a lo largo de la terapia si se van cumpliendo.
En líneas generales, en terapia te enseñaremos a cambiar tu forma de pensar. Cuando estamos deprimidos solemos tener una visión negativa de nosotros mismos, nuestro entorno y nuestro futuro. Por ello, te enseñaremos a que cambies esa forma negativa que tienes de ver y de interpretar las cosas. Además, marcaremos una serie de actividades que tendrás que realizar para ir recuperando poco a poco tu vida cotidiana. Queremos que recuperes todo lo que hacías antes de estar deprimido/a y, por ello, iremos poco a poco estableciendo metas para que lo vayas consiguiendo. Si es necesario entrenar en alguna habilidad o intervenir en otro sentido, esto ya dependerá de cada persona. Pero, todo lo que sea importante cambiar para que la persona se encuentre bien, serán objetivos a añadir en la terapia.
¿Qué podemos hacer si tenemos a alguien cercano con depresión y no quiere acudir a terapia?
Es muy común no saber reconocer que tenemos un problema que necesita ser tratado. Para empezar una terapia o un tratamiento médico, es necesario que la persona sea consciente de ello. En ocasiones, las familias o amigos más cercanos intentan obligar a la persona a ir a consulta.
No es de mucha ayuda obligar o engañar para que acudan a terapia, aunque se hace con el objetivo de que la persona mejore. Es mejor convencer sin presionar ni regañar.
Podemos aprovechar momentos en los que percibimos que esa persona se está dando cuenta de que algo ocurre. Esperar a que, en algún momento, hable de su problema y hacerle ver las consecuencias que está teniendo. En todo caso, tenemos que aceptar que la última decisión es de la persona y no de nosotros.
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[spacer height=»20px»]Si crees que necesitas ayuda porque tienes depresión o un bajo estado de ánimo, no dudes en consultarnos. Si hay alguien de tu entorno que crees que necesita acudir a terapia, puedes ayudarle a que venga a nuestra primera consulta gratuita. En ella le orientaremos y ayudaremos a que comience la terapia.