PSICOLOGÍA INFANTIL MADRID

Los niños no suelen ser conscientes de que tienen un problema o de que pueden hacer cosas para cambiarlo. Por ello, hay que enseñarles que se puede aprender a cambiar. También es importante que los padres vean que es el aprendizaje el que hace que un niño se comporte como lo hace y es también el aprendizaje el que puede hacer que deje de hacerlo.

Sin la participación de los padres en la terapia, es mucho más complicado lograr un cambio en el niño. Es por ello que, en Ideum Psicología implicamos siempre a los padres desde el inicio de la intervención, haciéndoles partícipes de la terapia de sus hijos. A veces, incluyendo a uno de los padres en las sesiones con sus hijos y otras teniendo sesiones individuales con ellos.

Las psicólogas de Ideum mantienen consultas frecuentes con los padres para informar de lo que le ocurre al niño y de las pautas que deben seguir los padres en casa para lograr un cambio y ayudarle a mejorar. Vemos a la familia como un conjunto, sabiendo que la ayuda de todos puede ayudar a cambiar a un miembro de la familia. Además, nos coordinamos con todas las personas importantes para el niño: profesores, hermanos y otros familiares o profesionales que le rodeen.

Un psicólogo infantil es un profesional de la psicología que se especializa en trabajar con niños y adolescentes. Su principal objetivo es ayudar a los niños a desarrollar una salud mental y emocional saludable, así como a enfrentar y superar los desafíos psicológicos y emocionales que puedan enfrentar durante su desarrollo. Algunas de las funciones y responsabilidades de un psicólogo infantil incluyen:

1. Evaluación: Los psicólogos infantiles realizan evaluaciones psicológicas para comprender las necesidades y los problemas específicos de cada niño. Utilizan diversas técnicas y pruebas psicométricas para evaluar el funcionamiento cognitivo, emocional y social del niño.

2. Diagnóstico: A partir de las evaluaciones, los psicólogos infantiles pueden diagnosticar trastornos o problemas de salud mental, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la ansiedad, la depresión, el autismo u otros trastornos del desarrollo.

3. Tratamiento: Los psicólogos infantiles ofrecen terapia y tratamiento psicológico diseñado específicamente para niños y adolescentes. Esto puede incluir terapia cognitivo-conductual, terapia de juego, terapia familiar y otras modalidades terapéuticas adaptadas a la edad y las necesidades del niño.

4. Apoyo emocional: Ayudan a los niños a comprender y expresar sus emociones, a desarrollar habilidades de afrontamiento y a superar traumas o eventos estresantes.

5. Orientación a padres: Trabajan con los padres o cuidadores para proporcionar orientación sobre cómo manejar los problemas de conducta, comunicarse de manera efectiva con sus hijos y brindar un entorno de apoyo emocional en el hogar.

6. Intervención escolar: Colaboran con las escuelas para abordar problemas de aprendizaje, dificultades de comportamiento o necesidades especiales de los niños, y pueden participar en la elaboración de planes de educación individualizados (IEP, por sus siglas en inglés) para aquellos que lo requieran.

7. Prevención: Trabajan en la prevención de problemas de salud mental en niños, brindando educación a padres, maestros y comunidades sobre cómo promover la salud mental infantil y detectar signos tempranos de problemas.

8. Investigación y consulta: Algunos psicólogos infantiles también realizan investigación en el campo de la psicología infantil y ofrecen servicios de consulta a escuelas y organizaciones que trabajan con niños.

La decisión de llevar a un niño al psicólogo puede ser complicada y depende de varios factores. No existe una regla fija para determinar cuándo es necesario, pero aquí hay algunas pautas generales que pueden ayudar a los padres y cuidadores a tomar esa decisión:

1. Cambios significativos en el comportamiento o el estado de ánimo: Si un niño experimenta cambios notables en su comportamiento, como aislamiento social, agresión, tristeza constante, irritabilidad extrema o regresión en habilidades previamente adquiridas, podría ser un signo de que necesita apoyo psicológico.

2. Dificultades en la escuela: Si un niño está teniendo problemas significativos en la escuela, como bajo rendimiento académico, problemas de conducta o dificultades en la interacción con sus compañeros, podría ser útil consultar a un psicólogo para evaluar si hay factores emocionales o cognitivos que están contribuyendo a estos problemas.

3. Cambios importantes en la vida del niño: Eventos estresantes como la pérdida de un ser querido, el divorcio de los padres, el traslado a un nuevo lugar o cualquier otro cambio significativo en la vida del niño pueden afectar su salud mental. Si un niño está luchando para adaptarse a un cambio importante, un psicólogo puede proporcionar apoyo emocional y estrategias de afrontamiento.

4. Problemas emocionales evidentes: Si un niño muestra signos evidentes de problemas emocionales, como ansiedad, depresión, miedos o fobias intensas, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

5. Problemas de relaciones familiares: Si hay problemas de relación o comunicación en la familia que están afectando negativamente al niño, la terapia familiar con un psicólogo puede ser beneficiosa.

6. Dificultades en el desarrollo: Si se sospecha que un niño tiene retrasos en el desarrollo, trastornos del espectro autista u otros problemas de desarrollo, un psicólogo infantil puede llevar a cabo evaluaciones y proporcionar recomendaciones y terapia especializada.

7. Comportamiento autolesivo o pensamientos suicidas: Cualquier indicio de comportamiento autolesivo o pensamientos suicidas en un niño debe tomarse muy en serio, y se debe buscar ayuda profesional de inmediato, como acudir a un psicólogo o al departamento de emergencias de un hospital.